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viernes, 4 de junio de 2010

El camino de la bondad y la belleza


Como siempre desde que la conozco, Elena de Hoyos logra sorprenderme, conmoverme e inspirarme con su forma de pararse en el mundo, tan llena de amor y compasión, de compromiso y de idealismo, y su capacidad de aterrizar lo que para muchos de nosotros son sólo sueños.

Esta tarde, tuve el privilegio de acompañarla en una sesión de un taller que imparte a empleados de la Procuraduría de Justicia del Estado, para crear una "Cultura del Buen Trato", desde la perspectiva de género, de derechos humanos y de la visión poética del mundo. Una belleza.

Su meta, según nos compartió, es "encontrar la bondad y la belleza" en cuanto se le presenta en la vida, en el mundo. Con ello, llena su corazón -y el mío- de esperanza y de inspiración. Fui testigo del reconocimiento de sus talleristas, ante lo que consideraban una experiencia totalmente distinta de lo que antes habían recibido como capacitación; para muchos de ellos resultó un ejercicio edificante y revelador. Fue un enorme gusto verla entregada, con la pasión y dulzura que la caracterizan, a este proyecto tan necesario e importante, como es generar un compromiso que transforme el servicio de nuestros servidores públicos, y la percepción que de ellos tenemos.

Y fue un día completo de taller. Esta mañana, tras un difícil taller de poesía y pintura para adolescentes que impartí con mi amigo el pintor Arturo Gaytán la semana pasada, tuve la oportunidad de recapitular los resultados... Fueron mejores de lo que yo misma pensaba. Textos llenos de inocencia y sensibilidad, de hermosas imágenes y metáforas originales, de trabajos pictóricos llenos de color y entusiasmo. Y de un bonchecito de escritos de los talleristas para sus instructores, plenos de gratitud y afecto.

Después de la gran frustración que sentí ayer, con el desencantado cierre del taller y la generalizada actitud apática del grupo, recibir la retroalimentación tan entusiasta y afectuosa hasta por parte de los más difíciles, fue muy conmovedor. Y después de la experiencia de la tarde con Elena de Hoyos, me quedo pensando.... ¿En dónde encuentro la bondad y la belleza de mi experiencia del taller de poesía?

Encuentro algunas cosas. Por un lado, el área de oportunidad ante mis ojos: aprender a manejar grupos para el trabajo en talleres. Por otro lado, la maravilla que es el arte y la belleza en el lenguaje. Pese al grupo y a los instructores, la poesía toca el corazón, despierta la creatividad y espavila los sentimientos. Durante las últimas dos semanas, sembramos semillas de poesía y de pintura que dejaron una huella visible en los jóvenes talleristas. Hoy, no tienen escapatoria. Ya la poesía tocó su vida, florecerá, eso es seguro. Y echarán mano de ella cuando menos se lo esperen. No hay nadie que domine la poesía, es Ella quien, de pronto, te habita sin permiso y te invade la vida. Entonces, logras verlas: la bondad y la belleza, se vuelven parte de tu vida.

*Elena de Hoyos, feminista y poeta, es la editora de la Revista Específica, una publicación cultural dirigida a poblaciones vulnerables, interesantísima.

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