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lunes, 27 de diciembre de 2010

La incertidumbre: una oportunidad



En los últimos años ha habido ciertas ideas que le han dado sentido a mi búsqueda personal de forma muy puntual: integridad en el 2008; soledad gozosa en el 2009; aquí y ahora en el 2010. Y estos últimos días, sin buscarla, la palabra incertidumbre se ha colado en mi conciencia de una forma diferente a como la había percibido siempre.

Para mi, incertidumbre era una palabra incómoda, que me causaba miedo, ansiedad, desasosiego. No obstante, las lecciones de vida del año que está por terminar me han dejado una enseñanza importante: es verdad, tal y como lo dicen los sabios de todos los caminos, la incertidumbre es la única realidad. Vivimos parados en ella, por más que nos esforcemos en construir la fantasía de la estabilidad, en planear el futuro como si estuviera en nuestras manos saber qué sucederá, como si pudiéramos garantizar siquiera que estaremos vivos dentro de un segundo.

En este año sentí que se me caía el mundo en más de una ocasión, y sobreviví. Pensé que nunca podría olvidar, y olvidé. Pensé que nunca podría perdonar, y perdoné. Pensé que nunca podría adaptarme a mi nueva realidad, y me adapté. Pensé que qué bueno que había logrado todo eso, porque así era ahora mi vida, y no iba a cambiar... ¿y adivina qué? Volvió a cambiar. En el momento más inesperado, de la forma más inverosimil. Casi no termino de salir de mi asombro, y al mismo tiempo pienso: ¿pues qué esperabas? Si tú ya sabes que todo cambia, todo el tiempo...

En este preciso momento, incertidumbre me parece una palabra emocionante, interesante, intrigante e infinita: abre todas las posibilidades. No me asusta, no me quita paz, ni me hace sentir ganas de acabar con ella. Por el contrario, la encuentro inspiradora y estimulante.

Me gusta la palabra incertidumbre para el 2011. El concepto será: Incertidumbre es oportunidad.


jueves, 16 de diciembre de 2010

Caminando coincidencias



¿Cuántos caminos hubieron de trazarse para que tú y yo coincidiéramos?, ¿cómo fue, como es, como será? Cuenta Cortazar que, al igual que en su obra maestra, Rayuela, él conoció a una mujer con quien, sin ponerse de acuerdo, se encontró en la misma esquina de París, en donde los protagonistas de su novela coincidieron en una escena similar. (No te pierdas la serie Imaginantes que comparto abajo).

Mi vida, como seguramente la tuya, está construida sobre coincidencias. Encuentros inesperdos, cambios de planes que provocan lo inimaginable, retrasos que nos evitan la muerte o que cambian para siempre nuestras vidas. El orden del caos.

La incertidumbre me asustó siempre. Hoy, de forma inexplicable, la encuentro emocionante. Mi vida está por dar un giro importante. Lo sé, lo intuyo. Mis decisiones de los últimos años lo han ido preparando. Aún no acaba el 2010, y de pronto quisiera recorrer "el cassette" hasta el final del 2011 para ver qué sucedió.

Pero por fortuna, no se puede. No queda más que vivir el instante, dejar que la vida fluya y que los días me lleven, paso a paso, hasta el último mes del siguiente año. Entonces, me deleitaré reconociendo los vericuetos de la vida, y seguro agradeciendo una vez más todas las coincidencias que me han de llevar a mi futuro.

Feliz cierre de ciclo... recapitulemos.

Imaginantes: "Encuentro con el azar" Julio Cortazar

martes, 14 de diciembre de 2010

La vida es un salto en paracaídas... o muchos.

Pues aquí viviendo se me pasaron los días sin encontrar el camino hacia mis blogs. Han sido días llenos de revoluciones externas e internas. De cambios inminentes, inesperados, inevitables o voluntarios. Todo a la vez, supongo.

¿Alguna vez te tiraste de un paracaídas? Yo sí, en tres ocasiones. A veces ni yo lo creo, pero lo hice. Me entrené en la mayor de las inconciencias, en un taller que ofrecieron en la universidad. Hice mi primer salto "estático" (es decir, con un paracaídas militar que se abre por sí solo a unos cuantos segundos de haber saltado de la avioneta), absolutamente emocionada, con el miedo taimado por el entusiasmo que da la ignorancia. En el último momento pensé que no me atrevería, pero ya no tenía alternativa, salté y por obra y gracias de mi buen karma, todo salió bien. El paracaídas se abrió y mi grito de terror se perdió en la inmensidad del cielo por el que de pronto me encontraba cayendo a no-sé-cuántos-muchísimos kilómetros por hora. Como en un suspiro vi la tierra acercarse vertiginosamente, vi la copa de un árbol -el único árbol en kilómetros- casi en el mismo instante en que rodé por el piso a un laditito del tronco. Y se acabó. Lo había logrado.

Mi segundo salto lo hice por puritito orgullo. Iba más aterrada que en el primero, dado que ya sabía lo que se sentía: ¡vértigo suicida! Sin embargo, qué satisfacción sentí cuando llegué Y el tercero, simplemente no me explico por qué lo llevé a cabo. Pero en el instante en que me encontraba en medio de la nada llegué a la conclusión de que no tenía necesidad alguna de seguir pasando por ese estrés. Y di por terminada mi carrera como paracaidista.

Así han sido estos días... algunos como primeros saltos, otros como segundos, otros como terceros. Saltos al vacío de lo desconocido, saltos al vacío de lo conocido, saltos que no quiero repetir, o que sé querré repetir eternamente... Cambio. Y en ese ir y venir de mi vida y sus paisajes, perdí el paso de bloguera comprometida.

Pero aquí estoy, de nuevo, retomando la carrera y encantada de que sigas ahí para acompañarme en el camino. (Y ¡gracias a Hana por jalarme las orejas!)

Un día de estos me animo y me aviento en Parapente.... ¡ya te contaré!

viernes, 19 de noviembre de 2010

Hacerse cargo

A veces no puedo, a veces no quiero, a veces sólo tengo ganas de parar, de respirar profundo y de encontrar algo hermoso en qué posar mis ojos. Y lo hago. También eso es haceme cargo, de mis necesidades más profundas y vitales: las internas.

Y está bien, lo sé. Y puedo soltar mi autoexigencia y mis expectativas... sólo ser, sólo estar. También eso pasa. Y está bien.

Te deseo un instante como éste: de fluir, de soltar. Un instante de paz.

martes, 2 de noviembre de 2010

Muertos y vivos


Altares, flores, copal, Mahakala, caballitos de mezcal, sal, azúcar, incienso, pan de muerto, chocolate, Tara Blanca, papel picado, un Boddisatva, luz y las fotos de mis once muertitos más queridos, se hacen presentes este Día de Muertos. Mi altar es ecléctico, como mi vida, como lo que creo, lo que hago, lo que siento.

Estos son días intensos en mi vida, momentos de transición -¡como todos, supongo!-, de pasos firmes, con propósito, aún si no siempre con una dirección tan clara. Cuando me siento bien, cuando tengo ganas de reir, de volver a soñar, de creer, de alzar el vuelo, sé que mis pasos caminan con buen rumbo, y me siento tranquila, en paz.

Hoy, en mis plegarias, pediré por mis muertos, y por mis vivos. Por mis muertos porque es su día, por mis vivos porque es nuestro tiempo. Esta noche brindo por partida doble.

¡Feliz día de muertos, vivos!


lunes, 18 de octubre de 2010

Me siento viva



Están regando el pasto. Desde mi ventana veo la lluvia menudita que genera el aspersor, regando diamantes luminosos por todo el jardín. También hace arcoiris imposibles a la altura de mis ojos, y es evidente que riega, no agua sino vida.

No regamos a diario. Tratamos de ahorrar agua y mantener al mismo tiempo este pequeño paraíso verde y fresco. Y la tierra es tan noble, la vida tan empecinada y el clima de este lugar tan benévolo, que hasta las plantas más arrinconadas retoñan sin preguntar. El platanar sigue regalándonos pencas como si no quisiéramos comer nada más en todo el año. Y ahora también está el papayo, que ya tiene un fruto que promete colorido y dulzura, y unas cuantas flores que pronto darán paso a más regalos como éste.

Pero hoy, me he quedado embelesada con el pasto... el verde pasto. Que parece querer decirme a gritos: !vive, yo invito! Siente el placer del agua fresca, del sol, de la mañana, de las luciérnagas cuando entra la noche, de la luz de luna, del viento a media noche.... ¡vive!

Y sí... hoy me siento viva.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Del otoño y sus parvadas



Entró el otoño. Y así se siente, como si hubiera entrado hecho una ráfaga de ocres y de cielos azules. Anuncia su llegada con orgullo y elegancia. Es tiempo de cosecha, de trabajo, de recompensa. Me encantan los colores del otoño, tan cálidos y ecuánimes, tan contundentes. En el otoño tengo ganas de caminar y dejarme envolver por el paisaje, tengo ganas de té caliente, de lectura al aire libre, de estrenar una pashmina y de escribirle cartas a la vida.

Aún no hace frío... pero vendrá pronto. Por eso me gusta esta estación, me recuerda que hay que vivir ahora, en este instante, ahora que es evidente que mi corazón late, que aún poso mis ojos en un horizonte colorido, que escucho el crujir de las hojas, que siento a mi cabello danzar con este viento fresco.

También es un tiempo de transición. Los árboles dejan caer las hojas secas, sueltan lo que ya no sirve, se preparan para el silencio del invierno, necesario para renacer. Los pájaros lo notan, pronto habrá demasiada quietud y frío. Mejor emigran.

Y esa es mi sensación. Yo también quiero dejar caer lo que no ilumina mi vida, lo que ensombrece mi mirada, lo que no me sirve. Una limpieza del entorno, del espacio propio, y del alma se vuelve inminente, necesaria. He estado organizando armarios y sacudiéndome el corazón. Llegará el silencio, el invierno. Pero no tengo miedo. Ya sé que todo pasa. Hasta lo que parece eterno.

Bienvenido el otoño y su cosecha, su luna llena, y sus parvadas de aves surcando los cielos con rumbo al sol.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Mi gato y mis ganas de cantar

Tengo un gato residente y como siete visitantes subrepticios. No sé si Timothy invita, o si es su apatía la que los deja pasar. Me sorprende cómo mira al desfile de mininos atragantarse con sus croquetas, cómodamente apoltronado en mi silla de ratán. Tal vez ya es un gato viejo, maduro y cansado -tiene unos 6 años-, o tal vez es un felino de carácter tibio. Quizás sea un poco cobarde, o tal vez se trate del efecto secundario de su esterilización. O probablemente sólo sea que él ya comió y no siente necesidad alguna de defender las sobras... ¡total!, cuando vuelva a tener hambre sólo tiene que maullar un rato junto a mi ventana.

Dicen que todo se parece a su dueño... y yo me pregunto, ¿será?

He de decir que, aunque a veces me siento agotada de mi rol de mamá en sus 40s, sigo teniendo suficiente energía para defender lo mío. Tibia, no es una palabra que usaría para autodefinirme. Aún no estoy esterilizada y de un tiempo para acá sé que soy valiente. En cuanto a sentirme satisfecha como para no tener necesidad de defender las sobras... ¡tampoco es mi caso! Por el contrario, suelo estar en una eterna búsqueda de aquello que me falta, de lo que todavía no alcanzo, de lo que aún quiero conquistar.

Finalmente está lo de maullar junto a una ventana. ¡Eso sí que me gustaría! Aunque sustituiría la palabra maullar por la palabra cantar. Y hacerlo junto a una ventana o caminando por el campo sería un detalle sin la más mínima importancia. ¡Cómo se me antoja tener esa bellísima capacidad de alzar la voz con armonía y entonar una canción para arrullar al alma!

En conclusión, creo que en este caso, la dueña no se parezca a su gato... Y es muy bueno que además tenga conciencia de ello, porque si creyera que sé cantar como él aúlla, no dejaría dormir a los vecinos con tanta serenata. Pero como sí lo sé, mejor les comparto el hermoso canto de alguien que sí canta bellísimo, con la canción con la que esta noche mantendría a mi vecindario con insomnio: El Caracol, interpretada por Susana Harp.


martes, 31 de agosto de 2010

Abrazar el pasado

Hoy comprendí, profundamente, que para vivir el presente en plenitud, en conciencia, gozozamente, hace falta honrar cada instante del pasado, por doloroso que pueda ser. Hoy comprendí que eso también es el perdón -el perdón que nos libera del resentimiento hacia otros, pero sobretodo, el que nos libera del resentimiento hacia nosotros mismos-, reconocer que lo que somos hoy, es mejor siempre que lo que fuimos ayer. Por el simple hecho de que vivir nos da el regalo de la experiencia. Y la experiencia, nos permite crecer. No siempre nos sentimos mejor hoy que ayer... pero podemos estar seguros de que hoy, tenemos más experiencia que ayer. Y por lo tanto, más herramientas para vivir, más posibilidades de ser mejores seres humanos.

Hoy comprendí que para vivir aquí y ahora, soltando el pasado, primero he de abrazarlo. Y lo abrazo, con todas mis fuerzas, con todo mi amor para permitirle fluir y ser lo que está destinado a ser: un canal de transmisión de experiencias que me han hecho lo que soy hoy. Y hoy, estoy viva. De manera que por lo menos eso le debo a mi pasado -y mucho más.

Sólo quiero decir, gracias. De nuevo gracias.

domingo, 27 de junio de 2010

Cumpleaños y soledades

La mañana parecía tranquila. Ideal para tomar un baño relajante y arreglarse con tiempo y parsimonia para recibir invitados. Pero se volvió una mañana de pendientes no previstos: ¡Faltan las flores!, y el clavo que me encargó mi papá para poner sobre carbón y ahuyentar a las moscas en el jardín. Y, ¿qué voy a dar de botana?, habrá que ir por un queso, pan campesino y unos cuantos kilos de fruta fresca y colorida para este día tan caluroso. ¡Uy!, no había pensado en el agua de sabor para beber, ¡ni en mi pastel!, ese lo compraba siempre alguien más pensando en mí. La cerveza está al tiempo, también hay que ir por una bolsa de hielo, poner la carpa para la sombra, acomodar las mesas de servicio y buscar los manteles largos y alegres para la ocasión... Y estoy a dos horas escasas de la hora de la cita, ¡mis invitados llegarán antes que yo!

Inicié vigorosa, estrenando blusa y calzando alpargatas azul cielo, el recorrido de los mil y un pendientes. Mis lentes obscuros protegían a mis ojos del sol intenso, y protegían al sol de mis lágrimas inoportunas. Llegaron sin aviso mientras iba conduciendo, sintiéndome fatal de preparar mi fiesta sin un par de brazos solidarios y cariñosos haciendo equipo conmigo. Pensé en tí, inevitable, y te extrañé. No sólo por la ausencia que sentía en estas horas de armar la bienvenida a los amigos y quereres, sino por tanto compartido que hoy no compartiríamos.

Pero luego me sequé las lágimas. Pensé en las formas en que sí estás en esta etapa diferente de nuestras vidas. Pensé en los brazos, ojos y corazones que hoy me acompañarían y para quienes preparaba todo esto con cariño y emoción... recordé lo afortunada que soy por tanto amor que me rodea. Y pensé: puedo cargar unas sillas, unas mesas y las copas para el vino por mi cuenta. No pasa nada. Lo que sería realmente triste es que decidiera no hacerlo...

Entonces llegué a casa, con el carro cargado de flores de colores, con el agua de coco y mandarina, con los manteles largos y el pan campesino y crujiente... Y encontré a mi papá, inventando mecheros para humear el ambiente con perfume de clavo para todas las mesas. Lo abracé y pensé: Sí que fui tonta. Soy sola, por supuesto. Solos somos todos. Pero tengo un tesoro tan repleto de amores... Todos fueron llegando, poco a poco. Y cuando cayó la lluvia por la tarde, empapando la fiesta y las risas, y las miradas tiernas y el cariño genuino de la gente a mi lado... volví por un momento la mirada al espejo y sonreí. Cuántas soledades necesito para aprender que sola se está siempre, y que es sólo entonces, desde esa soledad conciente y plena, que se siente el calor de otras soledades que acompañan.

Gracias, amigos, por estar en mi vida de esta forma.

miércoles, 16 de junio de 2010

Por la libertad de Angeles

¿Puede medirse el amor? Ayer me fue medido*y me dejó pensando tanto en ello... Creo que el amor es una de estas cosas que se retroalimenta a sí misma. Amar, genera más y más amor. Y también es una de esas cosas inconfundibles, que inequívocamente hacen bien, al cuerpo, a la mente, al alma y al entorno. El amor sólo se parece al amor, me dice todo el tiempo mi amiga Lorena. Y es una afirmación muy sabia. A veces confundimos el amor con otros sentimientos que nos hacen daño: apego, dependencia, inseguridad, miedo a la soledad o hasta un mezquino deseo de hacer mal a otro.  Si hace daño, no puede ser amor. El amor se siente bien, te hace crecer, es generoso y provoca cosas positivas a nuestro alrededor. De otra forma, no puede ser amor.

Y esto viene a cuento porque deseo aprovechar este espacio, para solicitar tu apoyo difundiendo el caso de Angeles Carpinteiro. Una mujer mexicana, víctima por muchos años de violencia intrafamiliar y hoy injustamente detenida por medio de actos de corrupción y abuso de poder instrumentados por su excónyuge, para quitarle la custodia de sus hijos.

Con este acto que quizás el agresor pueda justificar como un acto de amor, está provocando un enorme dolor a una madre, a sus propios hijos a quienes está confundiendo, llenando de resentimiento y privando de su propia mamá... ¿cómo puede esto ser amor? Creo que si la maquinita midiera el amor de este señor, muy probablemente tendría en su ser un nivel mucho más alto de odio que de amor... Y por eso, es digno de compasión y de oraciones. 

Pero Angeles necesita de nuestro apoyo, y aquí te invito a tomarte unos minutos para ayudarla. A continuación reproduzco una carta que te agradeceré coloques en el muro de tu FB, o difundas a través de tus contactos, para dar visibilidad a este caso y ayudar a Ángeles a desatorar su irregular caso y recobrar su libertad y, sobre todo, a sus hijos. También puedes colocarla en el buzón del procurador, en la siguiente página: http://www.pgjdf.gob.mx/

Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa,

Procurador General de Justicia del Distrito Federal

 

Estimado Señor Procurador,

 

Nos dirigimos a usted para externarle nuestra preocupación. La Sra. María de los Ángeles Carpinteiro Franco, quien ha sido víctima de violencia doméstica por varios años por parte de su ex–conyugue, fue acusada injustamente por su agresor y, en consecuencia, detenida por las autoridades.
 
 La Sra. María de los Ángeles Carpinteiro Franco NO DEBE ESTAR PRIVADA DE SU LIBERTAD. Le pedimos Señor Procurador que en este caso se proceda conforme a la ley y a la justicia.

 

Atentamente,
 
Mujeres Aportando a Mujeres, AC. 

Muchas gracias!!!


*Fui a una sesión de escaneo con un sistema de salud alternativo llamada Scio que, al parecer, hace cosas increíbles como escanear tu cuerpo e identificar en dónde está bloqueada tu energía para con ello darte un diagnóstico de posibles problemas de salud tanto a nivel físico como emocional.  Scio fue inventado por un científico de la NASA en un desesperado intento por ayudar a su hijo que nació con alguna deficiencia. No soy médico, y no entiendo de la viabilidad de estas cosas, pero me llena de esperanza que haya personas tan reconocidas en el ámbito de la ciencia, como el Dr. William Nelson, proponiendo alternativas de salud como ésta.

 


viernes, 4 de junio de 2010

El camino de la bondad y la belleza


Como siempre desde que la conozco, Elena de Hoyos logra sorprenderme, conmoverme e inspirarme con su forma de pararse en el mundo, tan llena de amor y compasión, de compromiso y de idealismo, y su capacidad de aterrizar lo que para muchos de nosotros son sólo sueños.

Esta tarde, tuve el privilegio de acompañarla en una sesión de un taller que imparte a empleados de la Procuraduría de Justicia del Estado, para crear una "Cultura del Buen Trato", desde la perspectiva de género, de derechos humanos y de la visión poética del mundo. Una belleza.

Su meta, según nos compartió, es "encontrar la bondad y la belleza" en cuanto se le presenta en la vida, en el mundo. Con ello, llena su corazón -y el mío- de esperanza y de inspiración. Fui testigo del reconocimiento de sus talleristas, ante lo que consideraban una experiencia totalmente distinta de lo que antes habían recibido como capacitación; para muchos de ellos resultó un ejercicio edificante y revelador. Fue un enorme gusto verla entregada, con la pasión y dulzura que la caracterizan, a este proyecto tan necesario e importante, como es generar un compromiso que transforme el servicio de nuestros servidores públicos, y la percepción que de ellos tenemos.

Y fue un día completo de taller. Esta mañana, tras un difícil taller de poesía y pintura para adolescentes que impartí con mi amigo el pintor Arturo Gaytán la semana pasada, tuve la oportunidad de recapitular los resultados... Fueron mejores de lo que yo misma pensaba. Textos llenos de inocencia y sensibilidad, de hermosas imágenes y metáforas originales, de trabajos pictóricos llenos de color y entusiasmo. Y de un bonchecito de escritos de los talleristas para sus instructores, plenos de gratitud y afecto.

Después de la gran frustración que sentí ayer, con el desencantado cierre del taller y la generalizada actitud apática del grupo, recibir la retroalimentación tan entusiasta y afectuosa hasta por parte de los más difíciles, fue muy conmovedor. Y después de la experiencia de la tarde con Elena de Hoyos, me quedo pensando.... ¿En dónde encuentro la bondad y la belleza de mi experiencia del taller de poesía?

Encuentro algunas cosas. Por un lado, el área de oportunidad ante mis ojos: aprender a manejar grupos para el trabajo en talleres. Por otro lado, la maravilla que es el arte y la belleza en el lenguaje. Pese al grupo y a los instructores, la poesía toca el corazón, despierta la creatividad y espavila los sentimientos. Durante las últimas dos semanas, sembramos semillas de poesía y de pintura que dejaron una huella visible en los jóvenes talleristas. Hoy, no tienen escapatoria. Ya la poesía tocó su vida, florecerá, eso es seguro. Y echarán mano de ella cuando menos se lo esperen. No hay nadie que domine la poesía, es Ella quien, de pronto, te habita sin permiso y te invade la vida. Entonces, logras verlas: la bondad y la belleza, se vuelven parte de tu vida.

*Elena de Hoyos, feminista y poeta, es la editora de la Revista Específica, una publicación cultural dirigida a poblaciones vulnerables, interesantísima.

domingo, 23 de mayo de 2010

Existir y compartir



"La palabra genera mundo", escuché decir este sábado a mi amigo Miguel Angel. Y me dejó girando, girando, girando la mente hasta marearme. La charla hasta la madrugada de la pijamada entre amigas entrañables del viernes, la risa cómplice con mis amigas mientras tratábamos de tomar notas como niñas aplicadas en el Coloquio, los taquitos de guacamole con chapulines, acompañados de un Alipús San Juan y el son cubano del sábado, y el exquisito concierto de Susana Harp el domingo, terminaron de hacer de éste, un fin de semana memorable.

Qué deleite es la amistad, el compartir lo cotidiano y lo extraordinario, el gozo de vivir, de saborear, de moverse al ritmo de la música para luego, recordar. Qué deleite es compartir un día de esto y lo otro por puritito gusto. Qué deleite es reirse en sintonía, con la alegría vuelta canto a capela, con las memorias y los sueños a manera de elegantes accesorios para los jeans de fin de semana en nuestra gran ciudad.

Y como aprendí que la palabra genera mundo, aquí lo expreso, con unas cuantas letras declarando y afirmando, con unas cuantas frases para dejarlo plasmado en el tiempo que queda atrapado en estas páginas virtuales: ¡gracias, amigos por existir y acompañar mi existencia!

miércoles, 28 de abril de 2010

Me gusta la noche


Me encanta la noche. Disfruto su silencio, su quietud, sus grillos. Cuando es noche estrellada me embelesa la negrura de su manto. Cuando, como hoy, la luna llena y su presencia ineludible nos abraza, no puedo resistirlo: salgo al jardín -o al menos me asomo a la ventana-, para bañarme de argentino placer hecho luz fría.

Esta noche mi jardín extravió su obscuridad. Ella se la robó y lo dejó iluminado, blanquecino, casi brillante. ¡Puedo ver la vida nocturna allá afuera!, y de nuevo atestiguo el vuelo de las hadas misteriosas lamiendo miel y polen de la flor como de vino.

Me gusta la noche. Para escribir, para pensar, para compartir y para amar.

jueves, 15 de abril de 2010

Para Chile y todos los otros pueblos en esta racha de sismos


Aquí les comparto un texto que me pidió Cynthia Gaethe para un programa radial, con el objetivo de reunir mensajes de aliento para su pueblo, que aún sigue reconstruyendo su espacio tras el terremoto el mes pasado.

Sirva también como palabras de aliento para los otros países que han sufrido sismos importantes desde entonces para acá... incluído el que se anunció hoy en las noticias, que tuvo lugar en China y el Tibet.

Mis plegarias para quienes perdieron la vida, para quienes sobrevivieron y se enfrentan a la nueva realidad... Om mani padme hum.


Para Chile

El cambio es parte fundamental de la existencia, lo sabemos. Se transforma el mundo –todo lo que nos rodea- a cada instante. Nos transformamos nosotros, desde el primer segundo en que tenemos vida, sin parar, hasta su término. Se transforma la realidad, la percepción, el día hasta volverse noche, la noche hasta volverse día.

La transformación es, también, pérdida. Perdemos lo que era, para dar paso a lo que es. Luego, perderemos lo que es, para dar paso a lo que será. Y así, hasta el infinito. Y sin embargo, nos cuesta mucho enfrentaros a esa condición tan cotidiana que es parte de nosotros. En especial, cuando la pérdida es inesperada, como en el caso de las tragedias naturales que transforman el paisaje destruyendo lo que, ilusoriamente, pensábamos inamovible, permanente, o al menos de largo plazo.

Un ejemplo claro son los terremotos, como el que azotó recientemente al hermoso sur de Chile, y los que siguen golpeando distintos lugares en nuestro lastimado planeta. La pérdida de vidas humanas, tan irreparable, nos dificulta enormemente reconciliarnos con los acontecimientos como lo que son, parte de un proceso natural y perenne de existir. Y sin embargo, es necesario recordarlo. Porque ante la pérdida irreparable de un ser amado –e incluso ante la pérdida de una mera pertenencia material--, lo único que sana es la aceptación, el soltar, el recordar que todo cambia y se transforma momento a momento, irrevocablemente.

Y con ello, viene una buena noticia. Esta situación, la que tenemos hoy, tras las pérdidas y los cambios casi inconcebibles con que nos sorprende la vida, ¡también cambiará, también se transformará! Esto, no es sólo posible, sino seguro. Como dice la sabiduría popular, el tiempo todo lo sana. Pero no sólo el tiempo que es un fenómeno independiente de nosotros, también existen herramientas que podemos utilizar a nuestro antojo: la voluntad y determinación son dos de ellas.

Hoy te hago esta invitación: echa mano de todas las herramientas a tu alcance para transfomar el mundo. Sea que tu pérdida haya sido grande o pequeña, éste es un momento lleno de oportunidades para ti. Las crisis nos presentan dos alternativas: el colapso o el crecimiento. Chile no colapsará, Chile crecerá. Y tú, eres parte de esa transformación.

Es hora de sacudirse los lamentos; es hora de mirar lo que quedó, lo que sí somos y tenemos, y empezar a caminar. Tu país te necesita, tu gente te necesita. Y tú puedes hacer la diferencia.

¡Animos, Chile! Esto también pasará. Y cuando pase, tú serás más grande, y los tuyos más felices.

Desde México, toda mi solidaridad y cariño.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Somos hadas


Erika y Rebeca se sumergen en los pasos, los ritmos y los tiempos. Su fuerza cuando bailan sólo es equivalente a su femineidad irrefutable. Planean un ensamble de danza, música y poesía. Crean en el aire una construcción sensorial que, dentro de poco, será la perfección y la belleza expresada en sus siluetas en armonía y en trance.

Lilyán juega con las palabras, las amasa, las teje con los dedos hechos aguja de un estambre intangible de emociones. A lo lejos oye los murmullos, a veces voltea a verlas, escucha su debate sobre danza, movimiento y elementos esenciales.

Beatriz irrumpe, con su cándida sonrisa, y deja discreta una jarra de agua fresca sobre el escritorio. Trae el globo terráqueo que habíamos dejado olvidado en el comedor. ¡Ahí viene mi mundo!, exclamo. Ella se ríe y nos dice, ¿Por qué me dicen así? Todas reímos, desde el fondo del alma.

Somos el mundo, ella lo es. Nosotras lo somos.

Somos hadas. Cada una con alas y sueños propios. Cada una entiende en la mirada de la otra sus anhelos. Desde nuestros propios riscos y playas con oleaje enfurecido, desde nuestros propios estanques de paz y de esencias diluidas por el tiempo, nos reconocemos. Somos hadas, hermanadas por millones de hilos casi imperceptibles de caminos andados a lo largo de la historia. Somos hadas, de alas transparentes, caminando juntas para descubrir qué son y cómo se usan, para descubrir, cualquiera de estos días, que son para volar, y compartir el asombroso evento con las otras.

El mundo femenino es profundo y cautivante. Es un deleite ser mujer y disfrutarlo.

Cómo puedo no agradecerles, mujeres que habitan mi existencia, su compañía en este camino de misterios y aventura.

Gracias, amigas, todas, por estar en mi vida.


lunes, 29 de marzo de 2010

Impermanencia nocturna y cotidiana

Noche de luna, de Viviana Bilotti

Esta noche suena un solo grillo... sí, uno solo. Es raro. De pronto se cansa y se escucha el silencio, pero sólo unos segundos. El grillo retoma su canto una y otra vez. Hay luna y es casi llena. Hay vacaciones en este fraccionamiento-resort, y para mi gratísima sorpresa, mis vecinos vacacionistas ¡no vinieron a hacer Rave! O sea, que tengo una noche de vacaciones, de luna casi llena, y de casi silencio -salvo el grillo. Es una buena noche. Se antoja sumergirse en el agua tibia y dejarse bañar por la selénica luz hasta sentirse en vuelo acuático-estelar.

Ahora, termina la magia. Ha llegado un perrito enojón a ladrarle a mi gato que dormía. El grillo desafinó y yo recordé que debo seguir trabajando...

¡Así es esto de la impermanencia!

jueves, 18 de marzo de 2010

Avance de primavera



Ahora la lluvia matutina tuvo la textura de la seda y el color de los sueños que se vuelven realidad. Llovió primaveras, llovió semillitas con forma de corazón envuelto en papel celofán. No tengo idea de qué planta sueñan con llegar a ser, pero sé que se sembraron solas en mi jardín y en mi imaginación. Llegaron así, sin aviso, como llovizna sorpresa, y nos dejaron una alfombra de vida en potencia como aviso del cambio de estación. Bienvenida la primavera anticipada y el viento cálido que la trae hasta mi casa.


martes, 16 de marzo de 2010

De los otros silencios 2




Esta mañana me sorpendió el cañaveral de siempre con un paisaje nuevo: un rojo intenso se entremezclaba entre las cañas con un crepitar inquietante inundándome el silencio. Era la zafra. 

Hombres jóvenes y viejos, machete en mano, rodeaban la extensión que se quemaba con furia en ese paisaje por lo general tan quieto. Estaban tan cerca del fuego que seguro no sentían el viento frío que sopla proveniente de los volcanes, desde ayer. El hermoso espectáculo era todo color en movimiento,  contrastes de texturas, danza de vida y de muerte, amenazante, airoso. Ese color de sol hipnotiza con su danza de aromas ancestrales. Se notaba en la mirada perdida de los cañeros que esperaban, pacientes, a que el fuego les hiciera espacio para seguir usando el machete. Se notaba en la gente que pasaba al lado del camino fascinada con el cuadro casi inmovil del paisaje cotidiano envuelto en bullicio de llamas. Se notaba en el silencio repentino conquistado por ese crujir casi alegre de la caña volviéndose humo negro. 

De pronto se fue todo: los gritos de los niños, el trinar de los pájaros huyendo, el ruido del motor de mi automóvil y el de mi mente en perenne algarabía... Se fue todo, y quedó ese silencio rojo derramándose a kilómetros como un río de hojas de otoño caminando sobre sí mismas, hasta volverse polvo. 

Y luego, cuando el fuego se extinguió, vino el otro silencio... un silencio de hermosa negrura cayendo como llovizna de plumaje de ébano en espiral.

Me gustan los ruidos que parecen silencio, como el del mar, del viento o del fuego... Y de toda esta imágen tan hermosa que atestigüé esta mañana, me duele saber que está en peligro de extinción. Nuestro país, en otros tiempos exportador de azúcar, hoy la importa. Los ingenios en el estado de Morelos, ya son en su mayoría monumentos históricos; el oficio de cañero desaparecerá pronto. Quienes vemos como parte de nuestra rutina cotidiana las hermosas imágenes del cañaveral y todo el proceso azucarero, somos muy, muy afortunados. Estamos viendo escenas que pronto serán sólo recuerdos... Conoce el proceso en las preciosas imágenes del blog de donde viene la foto que acompaña esta reflexión.

Aquí te comparto un poema que hice la última vez que vi ceniza lloviendo por aquí, cuando también quemaron caña en diciembre del año pasado, publicado en mi blog de Soy Poesia.

Ceniza y azúcarLilyán, diciembre 2009


Hoy cayó ceniza en mi jardín
como pétalos de luto
como cuervos deshojados
como lágrimas ya secas
como sueños olvidados
como azúcar que se quema
y guarda bajo su noche
la dulzura de la muerte
de esperar sin esperanza


viernes, 12 de marzo de 2010

Una flor como de vino


 ¿Hace cuánto que no comes una fruta recién cortada del árbol? Colorida, brillante, aromática, hermosa. En nuestros tiempos eso puede ser todo un privilegio. Hay entes urbanos que podríamos pasar una vida entera sin ver de dónde viene una papapaya, un plátano, una manzana. Así era yo. Y la primera vez que tomé un enorme y jugoso durazno de un árbol de en una huerta allá en Japón, lloré de la emoción.

Esta mañana, mi jardín me sorprendió con algo que no había visto nunca antes de vivir en este paraíso: una flor de plátano. ¡Qué belleza  de color borgoña! Es una flor gigante, que aguarda pacientemente colgada boca abajo mientras van creciéndole los frutos en su tallo. Y ahí está, colgada en gigantesco capullo esperando con paciencia. Su forma como de gota gigante de vino a punto de derramarse sobre el pasto, se abre de pronto. Extiende unos pétalos más grandes que una mano adulta, y forma una corola concéntrica que hipnotiza a las abejas. Su belleza es, de verdad, increíble y tan inesperada. 

Tengo tres árboles de plátano ostentando, distraídos, su flor y su penca. Y no atino a dejar de admirarlos... ¡parezco abeja! Cada vez que las miro se me hace un nudo de gratitud en la garganta. Con tanta belleza en el mundo, me siento bendecida por mis ojos que ven, por tenerla a la mano para admirarla, y porque afortunadamente no me pasa inadvertida. 
   

martes, 9 de marzo de 2010

51 aniversario del Exilio del Dalai Lama



El día de hoy les invito a hacer una plegaria por la autonomía del Tibet y por el respeto de la libertad y los derechos humanos fundamentales del pueblo tibetano. Hago así mismo una plegaria por el Dalai Lama y su larga vida.

 "10 de marzo de 2010: se cumple el 51 Aniversario del Levantamiento Nacional Tibetano ocurrido el 10 de Marzo de 1959, en éste día ocurrió la protesta más grande en la historia de Tibet y en éste día hace 51 años el Dalai Lama huyé del Tibet para vivir en el Exilio.

Son 51 años desde que los Tibetanos perdieron su libertad y su país, la hambruna, la tortura y la opresión causados por la invasión China en Tibet, jamás se habían visto antes de la invasión. Desde entonces los Tibetanos viven como una minoría en su propio país, en Dalai Lama vive luchando por llegar a un acuerdo con el gobierno chino y por tratar de hacer que el partido comunista acepte su acuerdo del "Camino Medio" en el cual no se pide la independencia del Tibet sino su autonomía, estado bajo el cual la libertad y los derechos humanos de los Tibetanos deberán de ser respetados. El gobierno chino se niega a negociar llamando al Dalai Lama "un lobo con ropas de monje" y un separatista."*

 Este no es un asunto menor, ni que le incumba sólo a aquellos de nosotros con algún tipo de vínculo con el pueblo Tibetano y su líder espiritual y político. Esto es algo que nos incumbe a todos. Que en estos tiempos exista una nación que aún restrinja los derechos humanos fundamentales de su pueblo, es inadmisible. Que China prohiba a los tibetanos la libertad de culto, la libertad de asociación y que los haga prisioneros políticos y de conciencia, es inadmisible. Quienes tenemos la fortuna de vivir en un país que respeta estas libertades, solemos darlas por sentadas. Pero mientras haya en el mundo un sólo preso de conciencia, ninguno de nosotros es libre de verdad. 

Nuestro mundo merece más humanismo, más libertad, más compasión, más pretextos para la paz y menos para el odio y las ideologías que socaban la dignidad humana. Unamos nuestras voces para expresar esta visión, este anhelo tan necesario.

Si tienes oportunidad, apóyanos difundiendo esta información.


*Fuente: Casa Tibet México (www.casatibet.org.mx)

Tengo un cielo estrellado en mi jardín


Tengo un cielo estrellado en mi jardín.
Se le ajusta perfecto
con confeti de luces tintineando
al ritmo exacto del canto de los grillos.
Es tan mío ese cielo de luminosa esencia,
como un manto repleto de gotas de rocío
coronando el penacho de mi par de palmeras.
Es tan cercano el techo 
de infinitas miradas de diamante
guiñando divertidas sus párpados sin cuenta
cotilleando sin el menor indicio de pudor
sus lucecitas hechas risa silenciosa
como caricias de vida 
en esta noche quieta.

viernes, 26 de febrero de 2010

Un ejemplo de humildad

Mi amdiración para este hombre, por su humildad, su capacidad de reconocer sus errores y su disposición para enmendarlos. Un ejemplo para mi, como Budista y como ser humano. 



Su congruencia como líder de opinión para sus jóvenes seguidores, es conmovedora. Todos podemos equivocarnos, pero no todos tenemos el valor para reconocerlo, asumir las consecuencias con humildad y con responsabilidad, y hacer de ello una oportunidad para crecer.

Mis respetos.

Traducción libre de su disculpa pública:

Sé que los he decepcionado mucho a todos, los he hecho cuestionarse quién soy y cómo pude hacer lo que hice. Me apena haberlos puesto en esta posición. Por todo lo que hice, me siento profundamente apenado. Pero hay una cosa en especial que de verdad quiero discutir. Algunas personas han especulado que Eileen me lastimó o me atacó de alguna forma la noche de Acción de Gracias. Me enoja que se haya hecho esa historia.  Eileen no me ha lastimado nunca, ni esa noche ni ninguna otra. Nunca ha habido un episodio de violencia doméstica en nuestro matrminonio. Nunca. Eileen ha mostrado enorme gracia y dignidad a lo largo de todo esto. Eileen merece reconocimiento, no juicio. El tema aquí fue mi comportamiento repetidamente irresponsable. Fui infiel, tuve aventuras, engañé. Lo que hice no es aceptable. Y soy la única persona responsable de ello. Dejé de vivir con los valores en los que fui educado. Sabía que mis acciones estaban mal, pero me convencí a mi mismo de que las reglas normales no aplicaban en mi caso. Nunca me puse a pensar en todas las personas a quienes estaba lastimando. Sólo pensé en mi. Traspasé los límites dentro de los que se compromete a vivir una pareja casada, pensé que podía salirme con la mía. Pensaba que había trabajado duro toda mi vida y merecía disfrutar todas las tentaciones a mi alrededor, pensé que me lo merecia. Gracias al dinero y la fama no tuve que ir lejos para encontrar las oportunidades. Estuvo mal, fui  un tonto. No tengo diferentes reglas, las mismas reglas que aplican para todos, aplican para mi. 

Me avergoncé a mi msimo, lastimé a mi esposa, a mis hijos, a mi madre, a la famlia de mi esposa, a mis amigos, mis valores y a jóvenes en todo el mundo que me admiraban.

Entiendo que la gente tiene preguntas, y que la prensa quiere saber los detalles de mis relaciones extramaritales. Entiendo que la gente quiera saber si Eileen y yo seguiremos juntos. Por favor sepan que, en lo que a mi concierne, todas esas preguntas y respuestas son algo entre Eileen y yo. 

Planeo regresar al golf algún día, sólo que no sé cuándo será. No descarto que pueda ser este año. Cuando vuelva necesito hacer mi comportamiento uno más respetuoso del juego.

Hay mucha gente en este cuarto y en sus hogares que confiaba en mi. Hoy quiero pedirles su ayuda. Les pido que encuentren espacio en su corazón para algún día volver a creer en mi.

miércoles, 24 de febrero de 2010

De lo sagrado

Oliverio piensa que soy muy formal. No me queda muy claro por qué, pero tal vez lo soy y no lo noto. El caso es que esta noche, entablamos una conversación "formal" e interesante que se me quedó dando de vueltas en la mente: ¿qué es sagrado* para ti?

Coincidimos en lo sagrado de toda vida humana o animal; yo agregaría de todo ser sintiente. También estuvimos de acuerdo en lo sagrado de la confianza. El propuso el arte y el conocimiento, yo la inocencia y la belleza (como la belleza de un paisaje que nos quita el aliento). 

Es una pregunta interesante, ¿verdad? Creo que nunca me había puesto a pensar en ello... pero me dejó meditándolo. Tiene razón Oliverio cuando dice que no hay demasiadas cosas sagradas. Por el contrario, hay quizás demasiadas cosas a las que se les considera sagradas y que en realidad son tan subjetivas que difícilmente pueden ser realmente sacras.  

A tí, ¿qué te parece sagrado, y por qué? Compártenos.

 *para que no se diga que no soy formal, a continuación la definición de sagrado según la RAE (en este texto lo estoy entendiendo como digno de veneración y respeto inamovibles).  

(Del lat. sacrātus).

1. adj. Digno de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad.

2. adj. Que es objeto de culto por su relación con fuerzas sobrenaturales de carácter apartado o desconocido.

3. adj. Perteneciente o relativo al culto divino.

4. adj. Digno de veneración y respeto.

5. adj. inmodificable. Sus costumbres son sagradas

6. adj. Entre los antiguos, sobrehumano.

domingo, 21 de febrero de 2010

Como el Tigre


Mis hijos juegan en el jardín. Son exploradores con su jeep y su linterna de luz infraroja. Visitaron Africa hace cinco minutos, vieron tigres y macacos, montaron un elefante y me trajeron una sonaja sospechosamente parecida a la sonaja de plata de su infancia cercana. Ahora van en altamar, con rumbo desconocido. Su jeep se convirtió en barco con sólo apretar un botón...  crean su realidad en un parpadeo, sin más nada que su fantasía y su deseo. 

Así no es la vida, sólo lo es la infancia. O no... quizás también así es la vida y no nos hemos dado cuenta.

Experimentemos: hoy quiero para mi paz mental y paz de corazón. Quiero seguir siendo congruente, quiero estar alineada en mis pensamientos, palabras y acciones. Confío en que eso alineará también mis sentimientos. Quiero por lo tanto, como el tigre, dar cada paso con cautela y conciencia presente, observando, observándome, a sabiendas que cada paso y decisión van marcando los caminos de todos los mañanas.

Deseo su fuerza, su gracia, su equilibrio, su capacidad de estar atento y perceptivo. Gracias, Nicole, por la fuerza que me envías desde tu corazón para seguir andando la vida en este año del tigre.

jueves, 18 de febrero de 2010

Siempre el mar

Siempre el mar
como si fuera el mismo
con su oleaje como hechizo
mesmerismo repetido
de mantras hechos espuma.
Siempre el mar
y yo
como si fuera la misma
con mi oleaje de emociones
trance de vidas y eones
de mirada hipnotizada
por el mar.
Siempre el mar.

viernes, 12 de febrero de 2010

El caballo de viento


Para Sakyong Mipham
por el Caballo de Viento
¿Cómo se arrulla al corazón como si fuera un niño
con sus alas inquietas y el latido de lluvia desatada?
¿Cómo se acaricia el polvo de tiempo arrojado en el fondo 
del cono invertido, de todos los ayeres del reloj de arena?
¿Cómo se consuela al olvido, al mar de sueños idos sin malicia,
al cristal empañado de utopías que escaparon entre dos parpadeos?
Hay sólo una respuesta tan llena de vacío que me inunda el sentido.
Arrulla el movimiento tan perpetuo, acarician las crines visionarias
y consuela el certero y compasivo camino de transitar la vida 
montada en plenitud de bandera ondulante en Caballo de Viento.


domingo, 31 de enero de 2010

Ciclones y verdades


También lo que no me gusta está bien. Cada cosa está en su lugar. Cada situación o condición de mi vida es un "efecto", proveniente de una "causa". O dicho más simplemente, cada cosa tiene -inherentemente- su razón de ser, a veces evidente para mi y otras no tanto. Pero sé que así es. Saberlo me da paz. Me permite acercarme a la reconciliación, a la aceptación, a observar mi realidad sin juzgarla -o al menos a intentarlo con mayor conciencia. 

Hace unos días hubo otro terremoto en mi vida. Una "réplica" sería una mejor forma de describirlo. Una secuela de marasmos y tormentas pasadas, un indicio de que, por supuesto, aún tengo áreas de oportunidad (¡muchas!) para crecer, para soltar, para asumir lo inevitable: la inestabilidad de todo lo que existe, el cambio, la impermanencia.

El "desastre" trajo consigo, como lo habrían hecho las olas posteriores a un ciclón, un montón de escombro: basura emocional, reproches sin sentido, dolor que se volvió agresión, y una brutal dósis de verdades y secretos liberados. La forma fue la menos adecuada, pero liberar secretos y mentiras fue, me parece, sano y positivo.

Es increíble lo que puede doler a veces la verdad. Y sin embargo, como lo dicen todos los sabios, la verdad libera. 

Me gusta vivir en la verdad. Me gusta tocar la sensación de transparencia, de integridad... aunque quisiera poder vivirla en paz, sin más motivación que la verdad misma. Sin más afán que ella misma... y la luz que irradia un corazón del color del aire o de la luna llena a media tarde... traslúcida, blanca, pura. 

No quiero sólo rozarla... quiero estar ahí, completamente. Y el mejor camino que he encontrado para intentar, intentar e intentar, es el Dharma. 

Me siento emocionada, alviada y agradecida de que, en unos cuantos días, estaré de nuevo ahí, escuchando las enseñanzas de mi Lama, Toni Karam. ¡Cuánto lo había extrañado! Qué afortunada...

viernes, 29 de enero de 2010

La paz: un anhelo posible

"Es un monstruo grande y pisa fuerte"... cantaba Mercedes Sosa sobre la guerra. Cuánta falta nos hace falta la paz. Y habría que empezar por la del propio corazón. El mío no termina de estar en guerra, y yo no dejo de buscar la paz para arroparlo. 

A continuación, un hombre que lucha por la paz mundial y que, estoy segura, lleva un buen trecho ganado para conquistar la paz interna.

Mi admiración!




miércoles, 27 de enero de 2010

Cultivo de cosechas

¿Qué cultivamos con los años? Recorremos el tiempo casi sin sentirlo. Como quien maneja en trance, distraído hasta llegar a su destino sin mirar el paisaje que atraviesa. Y de pronto llegamos a la puerta esperada y nos espanta darnos cuenta de que no tenemos idea cómo llegamos a casa. 

Así vamos por la vida, sin notarlo. Y sin embargo vamos cultivando. Un día volteamos hacia atrás y miramos el camino que dejamos a lo lejos, y nos vemos al espejo y sabemos que ha pasado el tiempo, que no somos los mismos, que además del cansancio de los ojos y el confeti de canas, hay algo aquí muy dentro, diferente: tenemos una historia, sabemos sonreírle a la tristeza, acompañar la soledad, abrazar el dolor, y sentirnos contentos con todo lo que ha sido -hasta con aquello que en su momento no fue grato. Ahora cobran sentido esas palabras sabias que alguna vez leímos o escuchamos. No necesariamente son ya nuestras, pero se acomodan mejor que en el pasado en alguno que otro hueco de la vida.

Sí, eso pasa con los años. Vamos aprendiendo de vivir aún sin proponérnoslo. Cultivamos comienzos, errores y reinicios; cultivamos intentos acertados y fallidos; cultivamos la vida -que es el mejor sinónimo de cambio y movimiento; cultivamos amor, muy imperfecto; cultivamos maneras de existir y ser felices sin dañar a otros... no siempre lo logramos; pero es inevitable, caminamos y vamos cultivando, caminamos dejando a nuestro paso un terreno sembrado de experiencias. 

Y un día, justo cuando el reflejo en el espejo comienza a parecer extraño, notamos con sorpresa su presencia: algo como una flor en la mirada, algo como de sol en la conciencia, algo como de paz dentro del pecho, algo como sonrisa hasta en el alma. 

Tal vez, sólo tal vez, comience la cosecha.

domingo, 17 de enero de 2010

2010 aquí y ahora

Desde hace una década que regresamos de Japón, llevo a cabo uno de los rituales más hermosos que conocí en ese país que tiene tantos. Allá aprendimos que, para iniciar el año, algunas familias llevan a cabo una ceremonia personal en la que, a manera de meditación, trazan con la técnica de caligrafía japonesa, un ideograma (kanji) que represente la palabra o concepto que desean les acompañe durante el año.

A diferencia de nuestros propósitos de año nuevo, esta es una sola palabra -o dos cuando mucho-, que engloba lo que cada uno quiere, necesita o anhela durante el ciclo que inicia. Al trazarla con un pincel y tinta china, para que los acompañe durante el año, construyen una especie de faro o luz para no perderse en el camino. Una vez terminada mantienen su obra de arte a la vista durante el año , para que en los momentos difíciles en los que se extravía el camino, el kanji les recuerde hacia donde seguir avanzando.

Así pues, la palabra que se elige es importante. Debe reflejarnos de forma genuina y profunda, reflejar el instante que vivimos y la cima que queremos alcanzar. Debe resonarnos, debe sentirse propia y una con nosotros mismos. Debe ser nuestra de verdad.

El concepto que elegí para este 2010 es: momento presente, como en aquí y ahora, como en este instante, como en no vivir en el pasado, ni en el futuro, sino aquí mismo, en el hoy.

Desconozco si este ritual tiene un nombre, pero me parece una hermosa forma de entrar en contacto con nuestro interior, con nuestras emociones, con quienes somos en este momento y quienes aspiramos a ser a lo largo de los próximos meses.

Ya anocheció. Pasó el día, tan soleado y bonito, en un santiamén. Mi casa estuvo llena de personas muy queridas que me acompañan en la vida últimamente. Compartimos el ritual del kanji de año nuevo, y tuve oportunidad de trazar con ellos sus anhelos en papel de arroz. ¡Qué bendecida me siento con tanto cariño y amistad! 

Más allá de si sabes o no trazar un kanji, te invito a hacer la reflexión y a elegir qué palabra quieres a tu lado en este 2010. Date el regalo del silencio interior, de la confianza para escuchar a tu intuición, y elige tu palabra. Si te apetece, aquí puedes compartirla.

martes, 12 de enero de 2010

¡Salud! Que hace bien al corazón


Hoy conversé con una amiga muy querida sobre un tema de salud que le aqueja. Y me quedé reflexionando como, a partir de esta década de vida, el tema de la salud comienza a ser un tema recurrente. Y no me refiero a que antes no nos enfermáramos, sino a que ahora es cuando comienza a preocuparnos porque comenzamos a entrar a los grupos de alto riesgo de enfemedades serias y degenerativas. Nuestros amigos, colegas y demás contemporáneos empiezan a enfermar, comenzamos a hablar de síntomas y a recomendarnos médicos o remedios... ¿Por qué será que hacemos esto hasta que nos toca?

La prevención como enfoque para preservar la salud es algo que en nuestra cultura occidental no se ve mucho. Pasamos la vida escuchando lo importante que es hacer ejercicio, comer sanamente, no abusar del azúcar, la grasa ni las substancias tóxicas.

Sabemos que existen técnicas para detectar enfermedades tempranamente, sabemos que es importante hacernos revisiones médicas regulares, conocemos técnicas de medicina alternativa que promueven todo tipo de tratamientos para fortalecer el sistema inmunológico y mantenernos saludables. Y sin embargo, por lo general, ninguno visitamos un médico ni hacemos nada de lo anterior sino hasta que, previa automedicación equivocada, nos sentimos pésimo. Cuando se trata de una gripe o un retortijón, bueno, el asunto puede no pasar a mayores. Pero de pronto los síntomas varían y ya no son los mismos de siempre, ni avisan de las mismas enfermedades. Empezamos a sospechar enfermedades que aterran y que matan. Y ni así nos comprometemos con la profilaxis.

No es por agüarnos la fiesta, Señores y Señoras, pero si vives en este barrio, ¡ya basta de negligencia! Muchos de nosotros tenemos hijitos en los que todavía aplica el diminutivo, niños que necesitan padres sanos, fuertes y longevos para tenerla un poco menos difícil en este mundo que se nos va descomponiendo de a poco. Para apoyarlos, para acompañarlos y también para enderezar el rumbo del entorno al que hemos contribuido.

Así que, propongo hagamos un compromiso con nuestra salud. La del cuerpo, la de la mente y la del alma. Propongo que nos cuidemos, que nos amemos, que nos protejamos, que mantengamos buenos hábitos mentales y que valoremos nuestro tesoro más preciado: la vida -especialmente la vida con salud. Y sobretodo propongo que, cuando alguno de nosotros lo esté intentando, ¡no lo boicotiemos! No insistas en que mañana comience la dieta, en que se eche otra copita, o en que hoy no vaya a su clase de yoga para acompañarte al banco. Mejor hagamos equipo. Es más fácil encontrar la motivación de a varios. Y aunque la motivación tendría que venir de dentro, una ayudadita de aquellos a quienes apreciamos, con quienes compartimos o a quienes admiramos, ¡es un gran aliciente!

Ahora bien, si el diagnóstico está dado... ¡a darle! Que para eso son las pruebas, para pasarlas, para conquistarlas, para fortalecernos. Y ¡salud!, que una copita de vino al día es buena para el corazón.

miércoles, 6 de enero de 2010

Cambiando



A veces siento como si lo que estoy viviendo fuera un sueño, un juego, algo pasajero, temporal. Como si fuera cuestión de aguantar un rato para que después, una mañana cualquiera, abra los ojos y las cosas vuelvan a ser como antes. ¿Como antes?, ¿Y cómo eran antes?

A decir verdad no es la primera vez que siento esto. Lo sentí también cuando tuve mi primer novio, cuando entré a la universidad, cuando me embaracé de mi primera hija, cuando murió mi mamá, cuando mi matrimonio comenzó a derrumbarse, cuando me comprometí con todo mi empeño con mi vocación de escribir, cuando me fui de la Ciudad de México... y otra vez lo siento ahora que comienzo mi vida como mamá sola oficialmente. A veces la sensación de estar viviendo algo frágil y frugal es aterradora -como cuando las cosas van tan bien que me cuesta trabajo pensar que son reales-, otras veces la sensación es de alivio, de esperanza, como ahora en que sentir que la realidad que vivo es inestable me recuerda que todo esto también pasará.

Pasará el dolor, pasará la rara sensación de estar fuera de lugar, pasará el no saber cómo ni por dónde, pasará la sensación de vulnerabilidad y de fragilidad, pasará el duelo de soltar, pasará... como pasa todo. Porque, como decía Mercedes Sosa...

Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño...

Así que, supongo que después de todo, ésta no es una mera sensación, sino la realidad que vivo. Esto también pasará... y lo que sigue, y lo que sigue también. Mientras tanto, sigamos viviendo, que para eso se inventó el gerundio.