Para Mane
y por todos los sueños posibles
que nos dejó encargados
Es la hora de la luz, querido Mane. Para ti es la hora de la luz. Para ti, hermano caminante de esta tierra, compañero entrañable de utopías, maestro de convicciones y congruencia, ejemplo de mago que materializa sueños, gratísima compañía de charlas, de debates, de cómplices carcajadas por todo lo posible, entrañable amigo de la vida.
Hoy estoy triste por lo que ya no compartiremos en esta afortunada existencia que cruzó nuestros caminos. Estoy indignada porque alguien se atrevió a tomar tu vida, y con ello desgarró el corazón de tantos que te queremos. No estoy en paz con este desenlace, no estoy conforme con tu muerte prematura. Porque sé todos los caminos que aún recorrías y los que te faltaban. Porque habíamos muchos que seguíamos tus pasos, a quienes inspirabas. Porque eres uno más de los tantos que han muerto impunemente en nuestro triste México. Porque hay una realidad terrible que nos cubre como sombra maligna: vivimos en un país que ya no es capaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, su libre tránsito por calles y carreteras, la vida pacífica para quienes por elección propia o circunstancia de vida estamos aquí, en vez de buscando refugio en tierras ajenas.
Tengo un nudo en la garganta desde ayer que supe que te habían matado. Tu muerte habría sido dolorosa de cualquier manera, pero saberte arrebatado de la vida por las deplorables condiciones que vive nuestro México, me enerva, me abruma, me indigna, me rebasa, me asquea.
Tú nos enseñaste una y otra vez, con el ejemplo, que las soluciones venían desde abajo, desde nosotros mismos, con acciones concretas, con trabajo, con solidaridad, con compromiso, con la palabra sincera y la dignidad del que no pide, sino que da y propone, y sueña y transforma y no sólo dice sino que hace.
Mane, hoy me siento con las manos vacías, amigo. Pero lo que aprendí de ti, Maestro, vive en mi corazón de irremediable idealista. Y no dejaré que se apague, en tu memoria, y porque quiero ser parte del sueño posible que transforme a este país a través de la cultura, como hacías tú con cada paso.
Mi corazón contigo siempre, Mane querido. Descanza en paz, que dejaste un ejército completo de luchadores pacíficos persiguiendo los mejores ideales.
El amor y la compasión no son un lujo, sino una necesidad. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir.
... La injusta partida del profesor nos ha dejado atonitos, impactados, tristisimos ... y con un inmenso coraje contra quien se atrevio a arrebatar su existencia ... Simplemente no lo podemos creer ...
ResponderEliminarDescansa en Paz MANE.
Distinguidisimo profesor Mane.
Tus Amigos Los EFEDRA
Gracias por el espacio Lilyán
Lilyán tus palabras describen todo lo que Mane es para nosotros, gracias!. Sigamos pues adelante por nosotros, por nuestro México, por nuestro Mane.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mane, gran amigo y maestro nunca te olvidaré, dejas en mi mente y en mi corazón una huella que no se borrará jamás, tantas lecciones de humildad, de ser una persona pensante crítica, de acción... mi vida, y creo que hablo por muchos, no sería lo mismo si no te hubieras cruzado en mi camino. El día de hoy siento el vacío que dejas, siento el vacío de justicia, de valor, de confianza en nuestros "líderes" un pedazo de México ha muerto contigo, pero Mane... has de saber que tu partida deja en otros las ganas de tomar acción, de no callarnos, de unirnos con los que aqui seguimos para exigir que esta situación, porque ya estamos HASTA LA MADRE del no pasa nada, de a mi no me va a pasar y de seguir haciendonos los estupidos evadiendo esta realidad en la que estamos viviendo. Donde quiera que estés querido amigo, vives en nosotros, en las enseñanzas que dejaste, en los recuerdos alegres y en la esperanza de que algun día la gente buena se atreva a pararse por su vida y la de los otros...te mando un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLylian, }
ResponderEliminarTus palabras son eco del dolor de tantos que amamos a Mane. Si me lo permites, leeré tus sinceras palabras el día de hoy en el zócalo de la ciudad de cuernavaca, como homenaje a nuestro querido hermano y amigo. saludos. andrea
Será un privilegio, Andrea. Una forma de estar presente en el homenaje para este hombre que le dio tanto a mi vida en unos cuantos encuentros. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarLilián , mi pesar por la ausencia infinita del profesor Mane, quiéne ha sido muerto de manera injusta, por lo que logro leer en tu Blog. No tuve el gusto de conocerlo, pero por lo leído en tu blog, me siento afectada también porque esa no es manera de morir de una persona justa.
ResponderEliminarUn abrazo a sufamilia y a todos ustedes.
Muchas gracias, Lety. Y sí, tienes razón, aquí duele el hombre, pero sobretodo duele la injusticia de que en este país cualquier pueda quitarle la vida a otro impunemente... duele el estado de nuestra conciencia como mexicanos, porque de una u otra forma somos cómplices, y parecería que hemos perdido el rumbo.
ResponderEliminarLa contraparte positiva, es que seres humanos como el Mane, nos recuerdan que no todo está perdido. Que es cierto, hay grandes mentes, grandes corazones, grandes visionarios en México que pueden ser un faro para cambiar de rumbo.
Un abrazo lleno de gratitud por tu empatía.