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viernes, 26 de febrero de 2010

Un ejemplo de humildad

Mi amdiración para este hombre, por su humildad, su capacidad de reconocer sus errores y su disposición para enmendarlos. Un ejemplo para mi, como Budista y como ser humano. 



Su congruencia como líder de opinión para sus jóvenes seguidores, es conmovedora. Todos podemos equivocarnos, pero no todos tenemos el valor para reconocerlo, asumir las consecuencias con humildad y con responsabilidad, y hacer de ello una oportunidad para crecer.

Mis respetos.

Traducción libre de su disculpa pública:

Sé que los he decepcionado mucho a todos, los he hecho cuestionarse quién soy y cómo pude hacer lo que hice. Me apena haberlos puesto en esta posición. Por todo lo que hice, me siento profundamente apenado. Pero hay una cosa en especial que de verdad quiero discutir. Algunas personas han especulado que Eileen me lastimó o me atacó de alguna forma la noche de Acción de Gracias. Me enoja que se haya hecho esa historia.  Eileen no me ha lastimado nunca, ni esa noche ni ninguna otra. Nunca ha habido un episodio de violencia doméstica en nuestro matrminonio. Nunca. Eileen ha mostrado enorme gracia y dignidad a lo largo de todo esto. Eileen merece reconocimiento, no juicio. El tema aquí fue mi comportamiento repetidamente irresponsable. Fui infiel, tuve aventuras, engañé. Lo que hice no es aceptable. Y soy la única persona responsable de ello. Dejé de vivir con los valores en los que fui educado. Sabía que mis acciones estaban mal, pero me convencí a mi mismo de que las reglas normales no aplicaban en mi caso. Nunca me puse a pensar en todas las personas a quienes estaba lastimando. Sólo pensé en mi. Traspasé los límites dentro de los que se compromete a vivir una pareja casada, pensé que podía salirme con la mía. Pensaba que había trabajado duro toda mi vida y merecía disfrutar todas las tentaciones a mi alrededor, pensé que me lo merecia. Gracias al dinero y la fama no tuve que ir lejos para encontrar las oportunidades. Estuvo mal, fui  un tonto. No tengo diferentes reglas, las mismas reglas que aplican para todos, aplican para mi. 

Me avergoncé a mi msimo, lastimé a mi esposa, a mis hijos, a mi madre, a la famlia de mi esposa, a mis amigos, mis valores y a jóvenes en todo el mundo que me admiraban.

Entiendo que la gente tiene preguntas, y que la prensa quiere saber los detalles de mis relaciones extramaritales. Entiendo que la gente quiera saber si Eileen y yo seguiremos juntos. Por favor sepan que, en lo que a mi concierne, todas esas preguntas y respuestas son algo entre Eileen y yo. 

Planeo regresar al golf algún día, sólo que no sé cuándo será. No descarto que pueda ser este año. Cuando vuelva necesito hacer mi comportamiento uno más respetuoso del juego.

Hay mucha gente en este cuarto y en sus hogares que confiaba en mi. Hoy quiero pedirles su ayuda. Les pido que encuentren espacio en su corazón para algún día volver a creer en mi.

miércoles, 24 de febrero de 2010

De lo sagrado

Oliverio piensa que soy muy formal. No me queda muy claro por qué, pero tal vez lo soy y no lo noto. El caso es que esta noche, entablamos una conversación "formal" e interesante que se me quedó dando de vueltas en la mente: ¿qué es sagrado* para ti?

Coincidimos en lo sagrado de toda vida humana o animal; yo agregaría de todo ser sintiente. También estuvimos de acuerdo en lo sagrado de la confianza. El propuso el arte y el conocimiento, yo la inocencia y la belleza (como la belleza de un paisaje que nos quita el aliento). 

Es una pregunta interesante, ¿verdad? Creo que nunca me había puesto a pensar en ello... pero me dejó meditándolo. Tiene razón Oliverio cuando dice que no hay demasiadas cosas sagradas. Por el contrario, hay quizás demasiadas cosas a las que se les considera sagradas y que en realidad son tan subjetivas que difícilmente pueden ser realmente sacras.  

A tí, ¿qué te parece sagrado, y por qué? Compártenos.

 *para que no se diga que no soy formal, a continuación la definición de sagrado según la RAE (en este texto lo estoy entendiendo como digno de veneración y respeto inamovibles).  

(Del lat. sacrātus).

1. adj. Digno de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad.

2. adj. Que es objeto de culto por su relación con fuerzas sobrenaturales de carácter apartado o desconocido.

3. adj. Perteneciente o relativo al culto divino.

4. adj. Digno de veneración y respeto.

5. adj. inmodificable. Sus costumbres son sagradas

6. adj. Entre los antiguos, sobrehumano.

domingo, 21 de febrero de 2010

Como el Tigre


Mis hijos juegan en el jardín. Son exploradores con su jeep y su linterna de luz infraroja. Visitaron Africa hace cinco minutos, vieron tigres y macacos, montaron un elefante y me trajeron una sonaja sospechosamente parecida a la sonaja de plata de su infancia cercana. Ahora van en altamar, con rumbo desconocido. Su jeep se convirtió en barco con sólo apretar un botón...  crean su realidad en un parpadeo, sin más nada que su fantasía y su deseo. 

Así no es la vida, sólo lo es la infancia. O no... quizás también así es la vida y no nos hemos dado cuenta.

Experimentemos: hoy quiero para mi paz mental y paz de corazón. Quiero seguir siendo congruente, quiero estar alineada en mis pensamientos, palabras y acciones. Confío en que eso alineará también mis sentimientos. Quiero por lo tanto, como el tigre, dar cada paso con cautela y conciencia presente, observando, observándome, a sabiendas que cada paso y decisión van marcando los caminos de todos los mañanas.

Deseo su fuerza, su gracia, su equilibrio, su capacidad de estar atento y perceptivo. Gracias, Nicole, por la fuerza que me envías desde tu corazón para seguir andando la vida en este año del tigre.

jueves, 18 de febrero de 2010

Siempre el mar

Siempre el mar
como si fuera el mismo
con su oleaje como hechizo
mesmerismo repetido
de mantras hechos espuma.
Siempre el mar
y yo
como si fuera la misma
con mi oleaje de emociones
trance de vidas y eones
de mirada hipnotizada
por el mar.
Siempre el mar.

viernes, 12 de febrero de 2010

El caballo de viento


Para Sakyong Mipham
por el Caballo de Viento
¿Cómo se arrulla al corazón como si fuera un niño
con sus alas inquietas y el latido de lluvia desatada?
¿Cómo se acaricia el polvo de tiempo arrojado en el fondo 
del cono invertido, de todos los ayeres del reloj de arena?
¿Cómo se consuela al olvido, al mar de sueños idos sin malicia,
al cristal empañado de utopías que escaparon entre dos parpadeos?
Hay sólo una respuesta tan llena de vacío que me inunda el sentido.
Arrulla el movimiento tan perpetuo, acarician las crines visionarias
y consuela el certero y compasivo camino de transitar la vida 
montada en plenitud de bandera ondulante en Caballo de Viento.