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miércoles, 28 de octubre de 2009

Pizarrón del Día de Muertos


¿Y ahora?, ¿qué poner en el altar de muertos? Los invitados de siempre ya están confirmados. Colocamos en distintos marcos y portaretratos las fotografías de la abuela, los bisabuelos y los amigos de la familia que partieron de este mundo y a quienes, año con año, consentimos con su comida y bebida favoritos. ¿Cómo olvidar el pan dulce para Gelita, el chinguirito para Doña Tere, el Carlos V para el abuelo Lalo, el mole poblano para nuestro orgullo familiar histórico, David el Dorado de Villa. Ni por error dejamos de poner la chela para Alis... mucho me advirtió que si no le dejaba su cerveza me vendría a jalar las patas, y aunque mi razón me dice que eso no sucede, ¡no quiero correr riesgos! 

Ya está la fruta, las flores, el agua, la sal. Las veladoras, el rosario y el incienso. También colocamos algunos objetos de valor sentimental para nuestros muertitos y un novedoso pizarrón donde hemos anotado, anfitriones y quien quiera que pasa por aquí, aquellas emociones o condiciones destructivas que queremos dar por muertas, que ya no queremos en nuestra vida: sedentarismo, dolor, ansiedad, desidia, rigidez extrema, indecisión (algún optimista trató de matar también las deudas con hacienda. ¡Buen intento!).

Hace un año puse entre mis "muertos" al miedo, la depresión, la resignación, la inmovilidad, la dependencia y el control. Cuando saqué mi caja de cosas para el altar, la semana pasada, y me encontré con la hoja de papel en la que estaban escritas esas palabras, no pude menos que sonreír. Hoy, no estoy poniendo los mismos, y eso me hace sentir feliz. 

Y ¿tú? ¿qué "muertitos" anotarías en mi pizarrón del altar? Destierra de tu vida lo que ya no quieras contigo, y dejémosle flores este Día de Muertos.

Aquí viene la Catrina
tan garbosa y elegante
vino desde la cantina
muy alegre, cante y cante.

"Un pajarito me dijo
que enterraste a la tristeza,
eso sí lo veo canijo
y me llena de pereza.

¿Qué pasó con esas depres
que te hacían brillar los ojos?
Ahora me enseñas los dientes
¡y te veo los labios rojos!"

"Se me fue lejos el llanto"
contestó Lilyán airosa,
"ha de ser el amaranto
que me como por golosa"

"¿Amaranto de alegría?
Ya decía yo que hacías trampa,
pero esta noche es la mía
¡voy a cambiar esa estampa!"

"Pero ¿qué te pasa, Flaca?
¿por qué quieres que esté triste?
¿no ves que tengo una hamaca,
flores, vino y hasta alpiste?

Este año me puse lista
y decidí estar entera
tal vez p'al otro te asista
y me vuelva plañidera.

Pero por esta ocasión,
Parquita chula y hermosa
yo voy a bailar danzón
y a pintar mi vida en rosa."


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