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jueves, 3 de diciembre de 2009

Paradojas vitales


A veces llueve cuando no es verano, hace calor en el otoño, sale una flor en plena nieve o hay vendavales cuando es apenas primavera. A veces miras el atardecer más bello en el día más lluvioso. A veces sonríes llorando. A veces lloras a carcajadas. 

La vida es así. Llena de matices imposibles. De sorprendentes incongruencias y contradicciones. De maravillosa imperfección.

Gracias, por las paradojas y por el asombro.

1 comentario:

  1. Lilyán, comparto completamente que el gran incentivo del vivir radica en la "maravillosa imperfección" de la existencia. Sin ella no habría poesía porque no existiría el asombro. Yo también doy las gracias contigo.

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Para mi es un enorme placer compartirte lo que pienso. Si me dejas tus propias reflexiones inciaremos un diálogo que atesoraré por siempre... ¡Gracias por visitarme!